OBSIDIANA


Cual obsidiana, en tu corazón negro
hallo la ceguera de mis sentidos buenos;
en su lugar el resquemor de no tenerte
la ira por suplicar lo que no espero
y es que... Se me ha centrado el alma en una sola idea
y estoy jodidamente cuerdo.

Se me ha roto también el corazón en mil pedazos
y solo uno de ellos permanece latente, latiendo,
oscuro, tenebroso, indispensable.

Además, un zumbido se ha sumado a mi silencio
es tu respiración convertida en mi aliento,
golpeando mi nuca, que está ardiendo.

Y es que  el olvido se ha olvidado
de este sueño caótico y siniestro,
indispensable digo, para seguir viviendo.

A.M.G (2020)



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