Torrente de palabras inundan los sentidos
de esta época de colores desvaídos.
Nada es más fuerte que la realidad
que nada entre corrientes desalmadas,
apocada por el aire, asfixiada
el agua encenagada
se convierte en su oxígeno
de muertes refrendadas.
La hacen fuerte los lados que no la tocan
y si la salvan
y los dueños de esas marejadas,
le dan un diccionario de inconexas palabras,
le ofrecen el concepto desvestido de sangre
y nada parece, nada suena
lo suficientemente grave.
Descalabro de palabras,
atormentadas fauces de lo lúdico.
Desde tu aquiescencia
¡MUÉRDEME!
Dame el aliento fúnebre de tu poesía.
A.M.G (2013)
ANABEL,HABLAR DE LA GUADAÑA Y HACERLO CON TU SERENIDAD Y FIRMEZA NO ES FACIL.SEA POESIA O MUERTE,VALIDO PARA LOS DOS,TREMENDO POEMA DE GRAN RECORRIDO.
ResponderEliminarMuchas gracias Miguel, siento en ocasiones que se me va la pluma hacia el misterio...
EliminarSoberbio e inquietante. El misterio y la fuerza se respira poco a poco... Felicidades amiga!
ResponderEliminarUn poeta es su poema, misterio
ResponderEliminarIntrigante poema, la llamas o la alejas o simplemente coqueteas con ella, ese espacio entre la vida y la muerte, siendo del mismo linaje, nunca lleva el mismo trato...
ResponderEliminar...en todo caso el puente, el hallar y encontrar, o perderse...Desvalida la unción que no halle vida, luego de proferirse en torno suyo, la palabra de hacer o detenerse...gracias Anabel, bella poesía...
ResponderEliminarLa fuerza de la palabra que ofrece paraísos cuando está retratando los infiernos... Saludos.
ResponderEliminarMe a gustado tu poesia Anabel.
ResponderEliminarUn poema bien construido. Me gustó mucho el final.
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