Cada vez que sonrío asoma un llanto
no sale de mi boca en forma de lágrima
ni rebota en mi boca como un alarido
cansado y resentido,
se queda agazapado a los pies de mi mueca
y por unos segundos
asta detiene mi gesto divertido,
está como escondido, pero me doy cuenta,
es un llanto que mira hacia otro sitio,
y a veces, ese lugar está tan cerca.
A.M.G (2019)