Mortal y pecadora


Acércate despacio, como un suspiro,
que no te advierta el aire, se precavido,
acaricia mi sexo y hazme flora
de tu jardín prohibido.

Demora tu regreso,
con vientos que hacen nidos.
Serán mis pechos tersos, dispuestos a tus ganas,
cubiertos por tu alivio.

Y no despilfarres ni una gota de ti
por las afueras,
que ha de ser tu caudal,
mi compensada espera.

Deshazte en mi jugo de traidora sirena,
que reclama sus piernas,
para tenerlas abiertas
 a tu persona.

Y sálvame de la divina diosa
a la que tanto adoras,
sembrándome en tu piel
mortal y pecadora.

A.M.G

Comentarios

  1. SI,NO DEJES ESCAPAR EL TORRENTE DE LA VIDA.SON MILES DE SOLDADOS EN QUE NAVEGAN TU MAR,SOLO UNO LLEGA A TU PUERTO...EN TU HUMEDAD,EN TU TIBIEZA,LES LLAMASTES,CON TUS GEMIDOS,CON TU SEXO,APRISIONALOS,SON TUYOS,TUS PRISIONEROS...

    ResponderEliminar
  2. Preciosa evocación sensual...la sirena como pictografía y el ansias del ser amado...poema dulce, tierno, confeso y de la mano con el dios Eros. Muy lindo blog... Felicitación.

    ResponderEliminar
  3. En esa eterna búsqueda, tus nombres hacen de genial geografía, los lastres que se quedan en la orilla, hacen de suave horquilla para esta letra apasionada y ostentosa...Bella fricción de cardos y guirnaldas, Anabel...Abrazos...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. describes tan bien lo que he deseado para estos versos...un besazo...

      Eliminar
  4. Guauuuu hermosa, hermoso... todo erotismo intenso y sutil...
    Que maravilla amiga!

    ResponderEliminar
  5. Me gusta la traidora sirena mucho más que la divina diosa. Tú ya lo sabes. Hoy me has sorprendido, me gusta esta faceta erótica de tus notas. Que se prodiguen.

    ResponderEliminar
  6. Un poema muy sensual e intensa. Me gusto mucho la última parte,que de hecho es un buen remate para el poema: "Y sálvame de la divina diosa
    a la que tanto adoras,
    sembrándome en tu piel
    mortal y pecadora."

    ResponderEliminar
  7. Es la primera vez, que en mucho tiempo leo algo con el corazón en vez de con mis pupilas. No sé qué ha pasado por tu lírica Anabel, pero no eres la de hace un tiempo atrás, y eso me hace feliz, pues esto que acabo de sentir, es lo que debieran provocar los cabellos de la poesía, llamados poemas.

    Esto, es de lo que suelo hablar a veces, cuando digo que, poesía es provocar, algo, desde el el primer verso, hasta el último.

    Si en el primer verso, no hay algo que provoque una reacción, no hay nada.

    El título arrastra el alma del poema, como en este caso, la esencia.

    He apostado por ti, he ganado, y me llevo el corazón, lleno de un tesoro inconmesurable en riquezas.

    Y sin embargo hay nada;
    que de ocultar se encarguen tus cabellos,
    ¡pezón de miel! Con vientre agua salada,
    ¡cuplé labios de Edén…mar de resuellos!

    EHDT.

    ResponderEliminar
  8. Anabel, me encantas, cuanto calor tiene este poema, felicitaciones... Un abrazo fuerte

    ResponderEliminar
  9. Es hermoso la delicadeza con la que te has sumergido en la poesía de índole físico; provocas sensaciones cercanas y agradables y, por unos instantes, nos regalas la calidez del contacto.
    Hermoso, de verdad.

    ResponderEliminar
  10. Clara llamada al amor, realizar el deseo, reclamar fidelidad, convertirse en un ser humano, fundirse en placer.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  11. De una sensualidad exquisita, que va provocando sensaciones en creccendo de principio a fin...un placer pasear por tu blog...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario