Huye del dolor que reconforta,
Arráncate la piel si es necesario,
Para sentir el dolor que de verdad duele,
Ese dolor pasa y las heridas se curan.
Pero aquel otro,
El que es láudano para el espíritu,
El que nace de la autocompasión,
Ese dolor taimado y sin sorpresas,
No pasa nunca, en él,
Uno se hace fiel seguidor de lo imposible
Y comienza a creer que después de él,
Vendrá el milagro…
A.M.G
Ese pellizco del que tú hablas, lo siento, no es el verdadero "Pellizco Autóctono Mediterráneo".
ResponderEliminarSerá uno de esos alienigenas, indígenas o, de alguna tribu de caníbales, creo...
a veces una paella mal hecha es una tragedia... jejeje... un saludo Lokus
ResponderEliminar
ResponderEliminarAnabel. Estoy completamente de acuerdo, y sinceramente
creo que es así... besos.
Gracias por pasarte por mi blog que es tu casa y por dejarme un comentario, que siempre es un agrado....
Eliminar