Recuerdo que mi madre me contaba que cuando pasaban los aviones y caían las bombas las monjas las llevaban a un campo de margaritas cercano y las hacían arrojarse al suelo de ahí este poema:
...entre las margaritas se alivian nuestros miedos,
el escarabajo irrumpe y eclipsa el bombardeo,
somos niños a tierra,
entre las margaritas no parece la guerra...
me ha llegado...
ResponderEliminarQuien fuera escarabajo en vez de niño, que cuando irrumpe el bombardeo seguro que no tiembla de miedo.
ResponderEliminarEntre las margaritas no parece la guerra...pero lo es.
ResponderEliminarHermoso y duro.
Nadie debiera tener que tirarse a tierra al sonido de un bombardeo y menos los niños.
ResponderEliminarMe ha llegado. Gracias!!!!