JUECES DEL OLIMPO


   No es fácil impartir justicia, juzgar, manejar las leyes, aplicarlas en busca de el ideal de un criterio uniforme que nos ofrezca, a nosotros los ciudadanos que nos debemos y nos valemos legítimamente de ellas, la seguridad y la tranquilidad de que se está haciendo lo correcto, es este (el de impartir justicia) un deber cargado de obligaciones, un compromiso ajeno a lealtades partidista u opiniones personales, la salvaguarda de cualquier estado de derecho que se ajuste precisamente a eso, al derecho de todos ser humano, a quejarse, a protestar, a defenderse, a ser oído y desde cualquiera de estas y otras trayectorias, ser tratado con equidad, dignidad y eficacia; pero cuando la justicia deja de ser el objetivo, para convertirse en una herramienta de poder o del poder, da lo mismo, y la ley de ser una herramienta de trabajo, pasa a ser el arma con la que ese poder derriba los derechos, el deber se convierte en un privilegio lleno de prebendas, el compromiso en un mero juego de intereses personales, el estado de derecho en un ordenado caos, repleto de frustraciones, y el ciudadano en una simple pieza de ajedrez, que los jueces desde su espacio protegido a modo de Olimpo, manejan a su antojo.

A.M.G

Comentarios

  1. La ley tiene nombre de mujer cuerpo de hombre y alma de demonio...

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  2. Lo voy a compartir con tu permiso. Una nota inteligente... Saludos.

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  3. Enhorabuena por el blog, es fantástico!!

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  4. Muchas gracias Manuela que sepas que el tuyo me encanta...

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